Por Amaya Valdemoro. El verano es ese momento de desconexión en el que, afortunadamente, tenemos más tiempo para hacer aquellas actividades que más nos gustan. En mi caso, al depender, por mi trabajo, de las competiciones de baloncesto, durante el verano tengo mucho más tiempo libre para poder descansar y para hacer lo que más me gusta: practicar deporte.
Durante el verano también tenemos la suerte de que hay deportes más moderados, y sobre todo más fresquitos, que se pueden practicar.
Por eso, es durante esta época cuando aprovecho para mantener la rutina deportiva. Y es que se puede hacer deporte sin renunciar al descanso. Por ejemplo, se puede dedicar un rato por la mañana a hacer sentadillas, abdominales y algún estiramiento, es decir, a hacer deporte con nuestro propio cuerpo, sin necesidad de recurrir a máquinas. Así, mantenemos la rutina, pero no agotamos nuestros músculos para el resto de las actividades que vayamos a hacer durante el día, sino que seguimos dando caña a nuestro cuerpo, pero con un ritmo más pausado.
Durante el verano también tenemos la suerte de que hay deportes más moderados, y sobre todo más fresquitos, que se pueden practicar. Hablo de los deportes acuáticos, como pueden ser el windsurf o el sky acuático ya que, aparte de ejercitar todo el cuerpo, suelen ser muy divertidos para practicar. Además, en verano se suele trasnochar más ya que, con la llegada del calor y el buen tiempo, nos apetece salir más, estar con familia, amigos, etc., lo que hace que al día siguiente no tengamos tantas energías para practicar deporte como en invierno. Esto es algo normal, por eso mi recomendación de que el ejercicio que practiquemos sea moderado.
Para los amantes de la montaña, también hay múltiples opciones para poder descansar y desconectar al mismo tiempo que practicamos deporte… ¡y en plena naturaleza!, ¿qué hay mejor que hacer actividades al aire libre? Algunas ideas pueden ser hacer rutas de trekking o senderismo, una muy buena opción para hacer deporte en grupo, al mismo tiempo que podemos conocer parajes naturales y descubrir lugares nuevos. Eso sí, hay que tener cuidado con las horas más fuertes de calor e ir bien preparado para cualquier imprevisto.
En definitiva, el invierno es para trabajar y el verano para disfrutar, pero si nos apetece seguir manteniéndonos en forma, ¡también se puede!
¡¡Feliz verano a todos!!
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